martes, 19 de enero de 2010

EL NIÑO DE LA GUERRA (Nana)

Se marchó, huyo el sueño
de la hecatombe,
ya no descansa el niño,
ya no se duerme.
Tiene los ojos abiertos,
teme entornarlos,
cerrados sólo ve muertos,
abiertos, a veces campos.
Ya no reposa el niño,
no tiene nana,
perdió el manto del cariño,
nadie le canta.
Tiene la mirada ausente
y reseca boca,
no bebe agua en la fuente,
se ha vuelto roja.
Ya no habla, no grita,
se quedó mudo,
su voz se dobló marchita
hacia el suelo duro.
No sonríe cuando mira,
serio está siempre;
una halito de amargura
y sombra desprende.
Tiene los ojitos secos,
ya nunca llora,
se llevó su llanto el eco,
sólo solloza.
Sus labios los tiene acerbos
y heridos de no besar,
de no beber en los lagos
y en los ríos de la paz.
Ya no se duerme el niño,
no tiene sueño
se lo ha llevado el destino
hacia el infierno.

©Adolfo Caballero Guirado

SOLEDAD

Apenas una luz en un reflejo,
una mirada cautiva,
el rumor de unos labios
y los pasos vencidos de la noche.
Surge el amanecer
de las simas de la tierra
y en mi mente difusa
aflora una pregunta:
¿Por qué estoy solo?

©Adolfo Caballero Guirado
Nota: La imagen fue tomada de Internet.