SECUESTRO Y SEDUCCIÓN

Poemas de Andalucía

© GRANADA

He visto agonizar

la tarde desde Granada

mientras la flor de azahar

se esparcía por la Alhambra.

He visto el atardecer

desde el altivo Albaicín

mientras el rojo clavel

se batía con el jazmín.

He visto cubrir la noche

a Sacromonte de negro

y al duendecillo del cante

sacarle fuego al flamenco.

He visto ojos moriscos

mirando desde la sierra,

clavados en el crepúsculo,

llorando por esa tierra.

He visto trazar caminos,

carreteras, explanadas,

por donde los granadinos

van a abrazar a Granada.

© JAÉN

Del cielo tul de Jaén

y del verde de su campo

Dios tejió en el Edén,

para su suelo, un manto.

La noche en Jaén no es negra,

es como el verde aceituna

de los ojos de la tierra

alumbrados por la luna.

Jaén también tiene mar,

pero es de ramas de olivo

que huelen a flor de azahar

endulzada con tomillo.

Por lo alto de la loma,

elevada suavemente,

la catedral se asoma

con sus dos torres solemnes.

© CÓRDOBA

Córdoba tiene dos plazas,

Las Tendillas y La del Potro,

dos entrañables terrazas,

cada cual con su secreto.

Tiene un alcázar, palacios,

catedral y una mezquita.

La floresta de sus patios

son de belleza infinita.

Su aroma tan especial

de jazmines y azahares

nos recuerda al olivar

y a los verdes encinares.

Córdoba tiene un azul

envuelto con terciopelo

que lo tejió un andaluz

con los colores del cielo

Cuando la envuelve la noche,

mientras El Cristo la vigila,

Córdoba se sobrecoge,

cae en silencio y suspira.

© SEVILLA

Tres barrios tiene Sevilla,

cada uno su luz:

barrio de La Macarena,

Triana, y Santa Cruz.

Desde la torre del oro

a lo ancho se divisa

de Sevilla su tesoro,

el parque de María Luisa.

La torre de la Giralda,

que vigila desde el cielo,

observa a la Maestranza,

cuna del arte torero.

Se enhebra el Guadalquivir

entre Sevilla y Triana

y el aire alegre de abril

de festejo se engalana.

© CÁDIZ

Entre la tierra y el mar

Cádiz tiene sus murallas,

y en medio la catedral

visualizando sus playas.

Es la ciudad gaditana

fuente del cante flamenco,

sus alegrías se cantan

por el malecón y el puerto.

Cádiz afloró del mar,

como en el jardín las rosas,

Igual que del carnaval

surgieron sus chirigotas.

Desde Cádiz a San Fernando 

se extiende un tramo de tierra

que algunos vadean andando;

quieren pisar sobre ella.

© HUELVA

A ritmo de panderetas,

entre guirnaldas y tronío

Huelva lleva sus carretas

al camino del rocío.

Avanza en su romería

al son de sus fandanguillos

con luz de sol por el día,

de noche con farolillos.

El aire de las marismas

al despuntar la mañana

desperdiga sus aromas

por el coto de Doñana.

De fiesta, guitarra y cante

el gaditano se impregna,

de ahí emana el talante

que caracteriza a Huelva.

© ALMERIA

De Villaricos se dice 

que tiene una catedral

que de la tierra no emerge,    

está en el fondo del mar.

Del desierto de Tabernas,

de sus montes y sus picos,

tiene Almería sus leyendas

las historias y sus mitos.

Es un inmenso coral

la zona de su bahía

y una riqueza sin par

la feria del medio día.

Desde su alcazaba mora

se ve el bregar de los barcos

que entre el ocaso y la aurora

zarpan hacia otros puertos.

© MÁLAGA

Sobre la sierra, el campo,

el mar, la arena y la playa,

se teje de azul el manto

que forma el cielo de Málaga.

Marineros que faenan

en aguas de mar a dentro

son llevados por la vela

y empujados por el viento.

Desde Sierra blanca baja

la brisa a tomar el sol,

a pasear por la rada,

a besar al malecón.

Málaga guarda un tesoro

para el paladar más fino,

no es de joyas ni de oro,

es del realce de su vino.

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AMOR EVOLUTIVO

A medida que te amo
me trasmuto en bramante

y me enredo en la urdimbre
de tu carne lasciva.
Soy insecto que liba
en la flor de tu monte,
luciérnaga que vive
de la luz de tus ojos,
avecilla que anida
entre el hueco de tus senos.
Como loco me aferro
al calor de tus labios,
como fiera me enzarzo
en la red de tu cuerpo.
A medida que te amo
vivo menos en mí,
me pierdo en tus adentros.
Soy materia que se
amolda a tus caricias,
estructura que se suelda en ti.

©Adolfo Caballero Guirado

LÁGRIMAS POR UN AMOR

Fue una noche de calor

cuando repitió ¡te…quiero!

Me limité a sonreír,

llevaba escrito en mi boca

“sabes que también te amo”.

Yo le entresaqué unos besos,

mientras escapaba su vida,

y allí donde rivalizan

el gozo y el sufrimiento

se aunaron nuestros humores,

nos batimos entre placeres,

nos amamos con ahínco.

Pero al final de la noche,

cuando mitigaba el viento,

exhaló ante mí un suspiro,

era su último lamento.

Se aterieron sus labios,

su mirada…decayó,

y su cuerpo entre mis brazos

como una rosa se ajó.

Mis lágrimas…acariciaron

las mejillas de su rostro;

entre mi boca surcaron

sequedades de un agosto.

Y en aquella noche triste,

al cobijo del verano,

quedó su cuerpo rendido

entre el temblor de mis manos.

Mí mundo se derrumbó,

agonizaron…mis gozos,

mi amor se desvaneció

entre el brillo de sus ojos.

Y mi llanto…de dolor,

recordando su sonrisa,

la noche lo perpetuó

convirtiéndolo en su brisa.

©Adolfo Caballero Guirado

AMOR ROTO

Se vino abajo el amor que construimos;
tras aquel cristal marcado con tu beso,
la lluvia, como un presagio,
descendió agonizante hasta hendirse
en las grietas ajadas de la tierra.
Aquel orvallo frente a tus ojos
dejaba fluir el rumor del final.
¡…que se acaba el cariño!
enunciábamos, y era cierto,
el último se gastó con aquel beso.
De tanto querernos se rompió el amor,
se seccionó en mil pedazos doloridos
y ahora sufrimos su efecto.

©Adolfo Caballero Guirado

Nota: la foto fue tomada de internet.
Poema Mención de honor en el concurso de Poesía 2010

"La casa de los poetas"