sábado, 16 de octubre de 2010

LÁGRIMAS POR UN AMOR

Fue una noche de calor
cuando repitió ¡te…quiero!
Me limité a sonreír,
llevaba escrito en mi boca
“sabes que también te amo”.
Yo le entresaqué unos besos,
mientras escapaba su vida,
y allí donde rivalizan
el gozo y el sufrimiento
se aunaron nuestros humores,
nos batimos entre placeres,
nos amamos con ahínco.

Pero al final de la noche,
cuando mitigaba el viento,
exhaló ante mí un suspiro,
era su último lamento.
Se aterieron sus labios,
su mirada…decayó,
y su cuerpo entre mis brazos
como una rosa se ajó.
Mis lágrimas…acariciaron
las mejillas de su rostro;
entre mi boca surcaron
sequedades de un agosto.
Y en aquella noche triste,
al cobijo del verano,
quedó su cuerpo rendido
entre el temblor de mis manos.
Mí mundo se derrumbó,
agonizaron…mis gozos,
mi amor se desvaneció
entre el brillo de sus ojos.
Y mi llanto…de dolor,
recordando su sonrisa,
la noche lo perpetuó
convirtiéndolo en su brisa.

©Adolfo Caballero Guirado

martes, 23 de marzo de 2010

AMOR ROTO

Se vino abajo el amor que construimos;
tras aquel cristal marcado con tu beso,
la lluvia, como un presagio,
descendió agonizante hasta hendirse
en las grietas ajadas de la tierra.
Aquel orvallo frente a tus ojos
dejaba fluir el rumor del final.
¡…que se acaba el cariño!
enunciábamos, y era cierto,
el último se gastó con aquel beso.
De tanto querernos se rompió el amor,
se seccionó en mil pedazos doloridos
y ahora sufrimos su efecto.

©Adolfo Caballero Guirado

Nota: la foto fue tomada de internet.
Poema Mención de honor en el concurso de Poesía 2010
"La casa de los poetas"

jueves, 4 de febrero de 2010

UNA PIEZA DE JAZZ (nocturno)

Fluía seductora por el aire
una ardiente y desnuda melodía,
la luz tenue y árida se hilaba
temblorosa entre láminas y tapices
que encubrían el espíritu del antro.
Sombreaba los perfiles de las notas,
un humo ondulado y soñoliento mientras
una voz grave y rajada de mujer
rompía la tibia brisa del ambiente.
Canto y música se anudaban armoniosos
entre el halo apasionado de la atmósfera,
y mis manos se deslizaban trepidantes
buscando la tersura de tus senos.
El piano, con sus ritmos sutiles,
buscaba entre lo oscuro la luz
donde filtrar sus tonos afilados,
mientras mi mente recorría
los abismos misteriosos de tus ingles.
Una pieza de Jazz se escapaba
del malva aureola de unos labios
y nosotros, sumidos entre pasiones,
hurgábamos silenciosos en el pecado.

©Adolfo Caballero Guirado
Nota: La imagen fue tomada de Internet.

sábado, 23 de enero de 2010

POEMA PARA TI

Esa mirada plata
que un día robara a la luna,
ese aroma a jazmín,
rescatado de una tarde de mayo,
ese aliento lascivo
que me prestara la noche,
digamos,
los he agrupado para ti.
Este poema triste extraído
del abismal de mi pecho,
escrito sobre un papel
secante, por mis lágrimas
que afloran sin descanso,
digamos,
está pensado para ti.

©Adolfo Caballero Guirado

NO EXISTE EL PRESENTE (Reflexión)

No existe el presente,
pues nada se detiene,
todo es pasado si ha pasado,
o es futuro si ha de suceder.

©Adolfo Caballero Guirado

miércoles, 20 de enero de 2010

EL FIN DE UN MAL RECUERDO

Y el aire que arrastraba melodías
de umbrías tardes de invierno,
de amargas brisas nocturnas,
de tristes despertares,
de noches de desvelos,
de escenarios borrascosos,
de vidas herrumbres,
de rostros angustiados,
de inacabados silencios,
de ojos humedecidos,
de amargos recuerdos en la memoria,
se detuvo.

©Adolfo Caballero Guirado
Nota: La imagen fue tomada de Internet.


martes, 19 de enero de 2010

EL NIÑO DE LA GUERRA (Nana)

Se marchó, huyo el sueño
de la hecatombe,
ya no descansa el niño,
ya no se duerme.
Tiene los ojos abiertos,
teme entornarlos,
cerrados sólo ve muertos,
abiertos, a veces campos.
Ya no reposa el niño,
no tiene nana,
perdió el manto del cariño,
nadie le canta.
Tiene la mirada ausente
y reseca boca,
no bebe agua en la fuente,
se ha vuelto roja.
Ya no habla, no grita,
se quedó mudo,
su voz se dobló marchita
hacia el suelo duro.
No sonríe cuando mira,
serio está siempre;
una halito de amargura
y sombra desprende.
Tiene los ojitos secos,
ya nunca llora,
se llevó su llanto el eco,
sólo solloza.
Sus labios los tiene acerbos
y heridos de no besar,
de no beber en los lagos
y en los ríos de la paz.
Ya no se duerme el niño,
no tiene sueño
se lo ha llevado el destino
hacia el infierno.

©Adolfo Caballero Guirado

SOLEDAD

Apenas una luz en un reflejo,
una mirada cautiva,
el rumor de unos labios
y los pasos vencidos de la noche.
Surge el amanecer
de las simas de la tierra
y en mi mente difusa
aflora una pregunta:
¿Por qué estoy solo?

©Adolfo Caballero Guirado
Nota: La imagen fue tomada de Internet.