Esa mirada plata
que un día robara a la luna,
ese aroma a jazmín,
rescatado de una tarde de mayo,
ese aliento lascivo
que me prestara la noche,
digamos,
los he agrupado para ti.
Este poema triste extraído
del abismal de mi pecho,
escrito sobre un papel
secante, por mis lágrimas
que afloran sin descanso,
digamos,
está pensado para ti.
©Adolfo Caballero Guirado
sábado, 23 de enero de 2010
NO EXISTE EL PRESENTE (Reflexión)
No existe el presente,
pues nada se detiene,
todo es pasado si ha pasado,
o es futuro si ha de suceder.
©Adolfo Caballero Guirado
pues nada se detiene,
todo es pasado si ha pasado,
o es futuro si ha de suceder.
©Adolfo Caballero Guirado
miércoles, 20 de enero de 2010
EL FIN DE UN MAL RECUERDO
de umbrías tardes de invierno,
de amargas brisas nocturnas,
de tristes despertares,
de noches de desvelos,
de escenarios borrascosos,
de vidas herrumbres,
de rostros angustiados,
de inacabados silencios,
de ojos humedecidos,
de amargos recuerdos en la memoria,
se detuvo.
©Adolfo Caballero Guirado
©Adolfo Caballero Guirado
Nota: La imagen fue tomada de Internet.
martes, 19 de enero de 2010
EL NIÑO DE LA GUERRA (Nana)
Se marchó, huyo el sueño
de la hecatombe,
ya no descansa el niño,
ya no se duerme.
Tiene los ojos abiertos,
teme entornarlos,
cerrados sólo ve muertos,
abiertos, a veces campos.
Ya no reposa el niño,
no tiene nana,
perdió el manto del cariño,
nadie le canta.
Tiene la mirada ausente
y reseca boca,
no bebe agua en la fuente,
se ha vuelto roja.
Ya no habla, no grita,
se quedó mudo,
su voz se dobló marchita
hacia el suelo duro.
No sonríe cuando mira,
serio está siempre;
una halito de amargura
y sombra desprende.
Tiene los ojitos secos,
ya nunca llora,
se llevó su llanto el eco,
sólo solloza.
Sus labios los tiene acerbos
y heridos de no besar,
de no beber en los lagos
y en los ríos de la paz.
Ya no se duerme el niño,
no tiene sueño
se lo ha llevado el destino
hacia el infierno.
©Adolfo Caballero Guirado
de la hecatombe,
ya no descansa el niño,
ya no se duerme.
Tiene los ojos abiertos,
teme entornarlos,
cerrados sólo ve muertos,
abiertos, a veces campos.
Ya no reposa el niño,
no tiene nana,
perdió el manto del cariño,
nadie le canta.
Tiene la mirada ausente
y reseca boca,
no bebe agua en la fuente,
se ha vuelto roja.
Ya no habla, no grita,
se quedó mudo,
su voz se dobló marchita
hacia el suelo duro.
No sonríe cuando mira,
serio está siempre;
una halito de amargura
y sombra desprende.
Tiene los ojitos secos,
ya nunca llora,
se llevó su llanto el eco,
sólo solloza.
Sus labios los tiene acerbos
y heridos de no besar,
de no beber en los lagos
y en los ríos de la paz.
Ya no se duerme el niño,
no tiene sueño
se lo ha llevado el destino
hacia el infierno.
©Adolfo Caballero Guirado
SOLEDAD
Apenas una luz en un reflejo,
una mirada cautiva,
el rumor de unos labios
y los pasos vencidos de la noche.
Surge el amanecer
de las simas de la tierra
y en mi mente difusa
aflora una pregunta:
¿Por qué estoy solo?
©Adolfo Caballero Guirado
Nota: La imagen fue tomada de Internet.
una mirada cautiva,
el rumor de unos labios
y los pasos vencidos de la noche.
Surge el amanecer
de las simas de la tierra
y en mi mente difusa
aflora una pregunta:
¿Por qué estoy solo?
©Adolfo Caballero Guirado
Nota: La imagen fue tomada de Internet.
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